Relevancia médicaLa creatina también podría mejorar la fuerza muscular en las personas que sufren de trastornos musculares degenerativos y trastornos neuromusculares, como la ELA (esclerosis lateral amiotrófica) y la esclerosis múltiple (E.M.). Se necesitan mas estudios científicos entre grandes grupos de pacientes para proporcionar más claridad. Es probable que la creatina mejore la función de las mitocondrias y reduzca los procesos inflamatorios en las personas con enfermedades neurodegenerativas. Cada vez más investigaciones están poniendo de relieve las propiedades neuroprotectoras de la creatina y se está investigando el efecto de los suplementos de creatina en enfermedades como el Parkinson y la enfermedad de Huntington.
Una investigación revela que, en unas semanas, los ancianos mayores de 65 años muestran un marcado aumento de la fuerza muscular y la masa corporal magra y sin efectos secundarios negativos, cuando utilizan creatina durante un programa de entrenamiento físico. Tales resultados podrían mejorar drásticamente la independencia en la vida diaria. Esto también significa que la creatina puede ser de utilidad para grandes grupos de personas que sufren de debilidad muscular debido a una enfermedad o al envejecimiento.
La enfermedad rara McArdle o deficiencia de miofosforilasa L se caracteriza en mayor o menor medida por la deficiente producción de la enzima miofosforilasa en los músculos esqueléticos. Esto resulta en que los músculos sean incapaces de liberar suficiente (o cualquier) glucosa del glucógeno almacenado, durante su metabolismo energético. En consecuencia, esta condición también se conoce como enfermedad de almacenamiento de glucógeno tipo V.
Los síntomas incluyen fatiga, calambres musculares y dolor al levantar objetos pesados y ejercicio físico como correr y subir escaleras. La gravedad de la enfermedad puede variar considerablemente de un paciente a otro y en muchos casos no se diagnostica hasta bastante tarde en la vida. Las personas pueden beneficiarse de los suplementos de creatina en dosis bajas (60 mg / kg de peso corporal) como parte del tratamiento nutricional existente. Las dosis altas (150 mg / kg de peso corporal) reducirán la tolerancia al ejercicio. Además, se podrían utilizar suplementos de vitamina B6 para tratar de activar la enzima fosforilasa. Hasta la fecha, los suplementos de D-ribosa no han tenido ningún efecto en la investigación.
- Mejora el rendimiento deportivo, sobre todo cuando lo que realmente importa es la potencia muscular (por ejemplo, los corredores de distancia corta y media, culturistas, luchadores, etc..)
- Enfermedades musculares degenerativas
- Debilidad muscular
- Trastornos neuromusculares (como ELA y MS)
- Enfermedades neurológicas degenerativas, como la enfermedad de Parkinson y la EM
- Insuficiencia cardíaca
- TDAH