La pirroloquinolina quinona (PQQ) es un poderoso antioxidante y cofactor de las enzimas de las mitocondrias. Oficialmente, la PQQ no es una vitamina, aunque pertenece al grupo de sustancias similares a la vitamina B. Se la conoce también como la "vitamina de la larga vida". Desde el descubrimiento de este antioxidante se han realizado muchas investigaciones científicas encaminadas a desentrañar sus funciones y efectos precisos. En este artículo explicamos algunas aplicaciones de la PQQ relacionadas con el cerebro, como por ejemplo, la mejora del rendimiento cognitivo.
Una de las ventajas de la PQQ es que tiene una influencia positiva sobre el rendimiento cognitivo. Un estudio realizado en animales demostró que la suplementación con PQQ puede llevar a una mejora en la capacidad de aprendizaje [3]. Asimismo, un estudio en humanos con 41 ancianos mostró una mejora en la capacidad de atención y en la memoria operativa. A los participantes se les administraron 20 mg de PQQ diarios [4]. Un efecto similar se observó en un estudio japonés. A los participantes se les dio tanto PQQ como la coenzima Q10. La memoria operativa del grupo de intervención mejoró significativamente. Se observó una gran diferencia, especialmente en los participantes con una baja puntuación inicial en la prueba de memoria [5].
La PQQ protege frente al daño neurológico. Así, la investigación en modelos animales ha señalado que la PQQ puede limitar el daño neurológico en accidentes cerebrovasculares (ACV). En este estudio se indujo hipoxia cerebral (falta de oxígeno en el cerebro) en ratas, un método utilizado en modelos animales para imitar un ACV. La suplementación a base de PQQ antes y después del ACV se tradujo en un menor volumen de infartos. La función de la memoria después del infarto también fue mejor en el grupo que había tomado PQQ comparado con el grupo al que se dio placebo [6].
La excitotoxicidad es uno de los mecanismos patógenos más importantes que se esconden detrás del ACV. La excitotoxicidad puede ser el resultado de una alteración en el equilibrio de los neurotransmisores, lo que da como resultado un receptor NMDA hiperactivo. Un receptor NMDA hiperactivo provoca una sobrecarga de calcio en la neurona postsináptica que causa un aumento de los radicales libres, daño mitocondrial y, con el tiempo, apoptosis [7]. Las investigaciones indican que la PQQ reacciona con el receptor NMDA, inactivándolo, lo que por tanto reduce la excitotoxicidad. Además, la PQQ es un poderoso antioxidante que protege las células nerviosas y las mitocondrias del daño causado por los radicales libres. Por último, la PQQ impide la producción de peroxinitrito, un poderoso radical libre y neurotoxina. La antioxidante PQQ puede inactivar el peroxinitrito, que se descompone en enzimas de las que la PQQ es cofactor [6].
Las enfermedades neurodegenerativas como el alzhéimer y el párkinson son complejas y presentan múltiples factores etiológicos. La neuroinflamación, la disfunción mitocondrial y el estrés oxidativo son factores de riesgo para el desarrollo de enfermedades neurodegenerativas [8, 9]. La PQQ puede usarse terapéuticamente en una etapa temprana para mejorar la salud mitocondrial y prevenir el estrés oxidativo debido a la neuroinflamación [6, 10].
En un estudio animal sobre la enfermedad de Alzheimer, se usó la PQQ junto con la vitamina D3 y un complejo flavonoide de amplio espectro. Los ratones tenían una mutación APP; los portadores de esta mutación tienen mayor riesgo de padecer la enfermedad de Alzheimer. El grupo que recibió el suplemento mostró menos anomalías motoras y deterioro cognitivo que el grupo al que se administró un placebo. Los marcadores bioquímicos también mostraron valores de oxidación más bajos, menos hiperpolarización y una mejor gestión de la energía en el grupo suplementado [11].
Un suplemento de PQQ puede tener efectos neuroprotectores e influir positivamente en las funciones cognitivas. Para contrarrestar el avance de enfermedades neurodegenerativas como el alzhéimer o el párkinson tanto como sea posible, se podría utilizar la PQQ, preferiblemente en una etapa temprana. La PQQ es segura de usar [12]. Las dosis parten de 20 mg de PQQ al día.
Encontrará más información sobre el mecanismo de acción y sus funciones en la monografía dedicada a la PQQ de Natura Foundation.