En artículos anteriores sobre el coronavirus, les hemos puesto al día sobre qué tipo de virus es el coronavirus, qué variantes tiene y cómo reacciona nuestro sistema inmune cuando el cuerpo se infecta con el virus. También se ha hablado mucho de las posibilidades que tiene para apoyar a su sistema inmune. Hemos ampliado nuestro artículo sobre la vitamina C con recientes actualizaciones y conocimientos.
La infección por el coronavirus causa la enfermedad COVID-19, que en la mayoría de los casos es leve. Sin embargo, también hay personas que sufren la enfermedad de forma más grave y que incluso llegan a fallecer por su causa. Esto se debe a que una infección por el coronavirus puede conducir al desarrollo del síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA). La principal característica del SDRA es el aumento significativo del estrés oxidativo en el cuerpo debido al rápido incremento de los radicales libres y las citoquinas del sistema inmunitario. El SDRA causa un grave deterioro celular y una disfunción pulmonar.
En varios países se trabaja en la investigación de un enfoque adecuado contra el virus. Una de las sustancias que acapara mucha atención es la vitamina C.
Hace mucho tiempo que sabemos que la vitamina C activa el sistema inmunitario y acelera la recuperación después de una enfermedad. Es un componente esencial en el sistema antioxidante del cuerpo. La vitamina C es, por lo tanto, un nutriente indispensable para el funcionamiento del sistema inmune. Por consiguiente, la pregunta es si la administración adicional de vitamina C puede ser una medida eficaz en el tratamiento de una infección adquirida por el coronavirus.
Un metaanálisis de 12 estudios realizado con 1766 pacientes en cuidados intensivos mostró que la vitamina C acortó la duración de la estancia en la UCI en un 8 %. Otro metaanálisis de ocho estudios demostró que la vitamina C acortaba la duración de la asistencia respiratoria mecánica en los pacientes que requerían una asistencia respiratoria más prolongada. Existen indicios de que los niveles de vitamina C disminuyen drásticamente en los pacientes gravemente enfermos.
Aunque las investigaciones acerca de la administración de altas dosis de vitamina C por vía intravenosa son sumamente interesantes y prometedoras, también es interesante considerar si una dosis más baja de vitamina C tomada por vía oral, mediante un buen preparado de vitamina C, puede resultar útil. Y, de hecho, parece que es así.
Mientras que con 0,1 gramos de vitamina C por día se pueden mantener los niveles plasmáticos normales en una persona sana, para aumentar los niveles plasmáticos de vitamina C en los pacientes gravemente enfermos hasta el nivel normal se necesitan dosis mucho más altas (de 1 a 4 gramos por día). Estas cantidades se pueden ingerir generalmente por vía oral.
En un estudio in vivo con ratones, los investigadores descubrieron que la concentración de vitamina C al principio de una infección por el virus de la gripe es un factor importante en el proceso de la enfermedad. Los daños causados por la reproducción del virus pueden prevenirse eficazmente cuando la concentración de vitamina C en la etapa inicial de la infección viral es suficientemente alta. Pero si la concentración de vitamina C es insuficiente en la fase inicial, la patogénesis del virus de la gripe no puede prevenirse. La producción de interferón a y ß desempeña un papel importante en estas respuestas inmunes antivirales. Los interferones (IFN) son citoquinas que sirven para la comunicación entre células con el fin de activar las defensas protectoras del sistema inmunitario que ayudarán a erradicar los patógenos. Los interferones pueden dificultar la replicación viral: interrumpen esta replicación y así protegen a las células contra las infecciones virales. Los IFN también desempeñan otras funciones en la defensa contra los patógenos. La cantidad de interferones aumenta en el plazo de 1 a 2 días después de la infección viral. En este sentido, existe una relación entre una concentración suficientemente alta de vitamina C al comienzo de una infección viral y un aumento de la producción de interferones.
Las investigaciones demuestran que el aumento de los interferones en una etapa inicial de la infección muestra una amplia actividad antiviral contra el SARS-CoV-2. Probablemente la concentración de vitamina C también puede ser un factor esencial en la fase inicial de la COVID-19 a causa de una infección por el coronavirus y, por lo tanto, condicionar el avance de la enfermedad.
La administración de vitamina C en el tratamiento de la COVID-19, la enfermedad que se produce después del contagio por el coronavirus, parece ser favorable. Aunque las altas dosis de vitamina C solo pueden administrarse eficazmente por vía intravenosa, es conveniente, al menos durante el período de infección de las vías respiratorias, tomar un suplemento de vitamina C de alta calidad. Además, la vitamina C parece desempeñar un papel en la prevención de un desarrollo severo de la COVID-19. Si desea información sobre la administración, posibles contraindicaciones y/o interacciones con otros medicamentos, consulte nuestra monografía.