Un equipo de psicólogos examinó el poder curativo de la naturaleza en 72 militares excombatientes y 52 adolescentes de comunidades desfavorecidas durante excursiones de rafting de uno o dos días. Algunos de los militares fueron sometidos a un recorrido en rafting más largo, de cuatro días. Los resultados de ambas experiencias han conducido a dos publicaciones en la revista de psicología Emotion.
Los estudios apuntan a que en particular factores como el asombro y la admiración por la naturaleza contribuyen a tener sentimientos generales de bienestar. A ello se suman las sensaciones de alegría, orgullo, diversión, satisfacción y sentimientos positivos en la actividad de rafting. Así, la vida activa y el asombro/admiración por la naturaleza incrementan las emociones positivas y reducen las relacionadas con el estrés. Tras la excursión, los síntomas de estrés postraumático presentaron una disminución de un 29 por ciento por término medio. Los síntomas de estrés general se redujeron en un 21 por ciento. Las relaciones sociales, la satisfacción y los sentimientos de felicidad presentaron una mejora, de un 10, 9 y 8 por ciento respectivamente. Asimismo, la situación de estrés seguía mostrándose reducida también pasada una semana.
Un hallazgo interesante es que los participantes, repartidos en equipos, tuvieron experiencias comparables y presentaron puntuaciones similares. Esto podría deberse a que las emociones y sentimientos de asombro sean contagiosos socialmente. Además, se constató también que los perfiles hormonales (es decir, las concentraciones de hormonas, medidas en la saliva y la sangre) eran comparables en cada equipo.
La investigación se centró en excombatientes y en jóvenes marginalizados. Estas personas se ven a menudo expuestas a estrés traumático que posteriormente puede causar TEPT. Además de las situaciones bélicas, también asaltos a mano armada, agresiones sexuales, accidentes de circulación o catástrofes naturales pueden conducir a síntomas de TEPT. Tales acontecimientos pueden, con el paso del tiempo, provocar trastornos graves, como sentimientos de angustia, repulsión e indefensión. A ello pueden sumarse paranoia, aislamiento social, disfunciones inmunitarias, mayor riesgo de afecciones cardiacas, recuerdos impactantes o pesadillas. Tampoco son extraños casos de violencia doméstica, autolesión y suicidio.
Además de los aspectos psicológicos, en la investigación se estudiaron también los corporales. Para ello, se analizaron las hormonas del estrés y los biomarcadores del sistema inmunitario de ambos grupos tanto antes como después de la excursión. Igualmente, se registraron las expresiones faciales y las reacciones emocionales, mediante la grabación en vídeo de los participantes. Se inventariaron también el lenguaje corporal y las interacciones sociales. Con ello quedó claro que la actividad de rafting había mejorado significativamente la salud y el bienestar de los participantes.
Otro estudio, publicado en la misma revista, realizó una investigación similar con 119 estudiantes de la universidad californiana de Berkeley. También aquí se manifestó que el encuentro con la naturaleza y el asombro ante ella mejoraron los sentimientos de bienestar. En resumen, los investigadores concluyen que la naturaleza es una poderosa fuente curativa para alcanzar una mejor salud.
http://news.berkeley.edu/2016/05/31/awevswar/
Anderson CL, Monroy M, Keltner D. Awe in nature heals: Evidence from military veterans, at-risk youth, and college students. Emotion. 2018 Jun 21. doi: 10.1037/emo0000442. [Publicación electrónica antes de impresión] PubMed PMID: 29927260.