Los microorganismos patológicos, como la salmonela, desencadenan una reacción inflamatoria dirigida a eliminarlos. Sin embargo, una inflamación como consecuencia de una reacción inmune, sobre todo en el intestino, puede ser dañina para el tejido sano: hace vulnerable la barrera intestinal, lo que puede contribuir a la aparición de enfermedades autoinmunes e inflamatorias como las del intestino. Esto sucede a través de las interacciones entre determinadas bacterias de la microbiota, las células epiteliales del interior del intestino y las células del sistema inmune.
Las células presentadoras de antígeno son células inmunes que dirigen a otras, los linfocitos T, para una reacción inmunitaria efectiva. Así se pone en marcha una reacción inflamatoria adecuada para combatir a los patógenos. También dirigen a los linfocitos T antiinflamatorios, también llamados linfocitos T reguladores, para limitar ciertas respuestas inmunes de carácter inflamatorio, como las que se producen ante la comida. Además, son capaces de desactivar reacciones inmunes inflamatorias no deseadas.
La microbiota ayuda a ajustar la respuesta inflamatoria activando las células presentadoras de antígeno para que segreguen citocina IL-10, una importante molécula antiinflamatoria. La IL-10 ayuda a mantener el equilibrio entre las diferentes reacciones de los linfocitos T. La consecuencia es una respuesta equilibrada que puede luchar contra una infección como la de la salmonela, pero que está regulada para evitar daños en el tejido intestinal sano.
Los investigadores descubrieron que las células presentadoras de antígeno de animales de laboratorio no fabricaban IL-10 cuando se les administraban antibióticos. La alteración de la microbiota dio como resultado reacciones de linfocitos Th1 dependientes de CX3CR1 y APC, lo cual agravó las infecciones patógenas.
Después se volvieron a poner bacterias en los intestinos de los animales. La colonización con microbios que se pueden adherir al epitelio pareció compensar por sí sola el trastorno de la microbiota. Fueron capaces de aumentar la producción de IL-10 y reducir así la reacción inflamatoria. Si bien los microbios que pueden adherirse al epitelio intestinal eran considerados posibles patógenos, ahora parece que su adhesión no provoca ninguna enfermedad, sino que incluso regula el sistema inmune.
Parece plausible que la microbiota tenga que estar sana para que exista una respuesta inmune equilibrada. Para protegernos contra las infecciones, pero también limitar potenciales daños en los tejidos cuando el sistema inmune intenta eliminar los patógenos. Ahora los investigadores están buscando activamente otros mecanismos mediante los cuales los microbios puedan favorecer un entorno intestinal bien equilibrado.
https://medicalxpress.com/news/2018-07-good-bacteria-gut-healthy.html
https://www.cell.com/immunity/comments/S1074-7613(18)30245-0