Los antibióticos no solo atacan a las bacterias intestinales patógenas, sino también a las beneficiosas. Por eso, tras un tratamiento, la flora entérica es menos diversa que antes. Además, el restablecimiento completo de la flora puede requerir mucho tiempo [1]. Todos ellos motivos para utilizar antibióticos solo cuando es verdaderamente necesario.
Hace poco ha aparecido el que quizás sea otro argumento para ser parcos en el uso de antibióticos. Un estudio con ratones del MIT y la Universidad de Harvard ha demostrado que los antibióticos obstaculizan el funcionamiento del sistema inmune de diferentes maneras [2]. Así, estas sustancias pueden reducir en ratones la capacidad de las células inmunes de matar bacterias.
Más aún: los antibióticos pueden proteger a los patógenos bacterianos modificando el entorno bioquímico del agente patógeno. El estudio está publicado en Cell Host & Microbe.
Un estudio previo del MIT ya había demostrado que los metabolitos pueden influir en la sensibilidad a los medicamentos de las bacterias [3]. Los metabolitos son pequeñas moléculas que las células liberan como productos intermedios de reacciones metabólicas. En este nuevo estudio, se trató a ratones que sufrían una infección de bacterias E. coli con un antibiótico muy frecuente: el ciprofloxacino.
Los investigadores constataron que el antibiótico causaba modificaciones sistémicas en los metabolitos. Y, al contrario de lo que se esperaba, no por influir en la microbiota, sino por actuar directamente sobre el tejido del ratón. Una investigación más profunda demostró que los metabolitos que liberaban las células del ratón hacían más resistente a E. coli frente al ciprofloxacino.
Además, los antibióticos también debilitaban la función inmunitaria inhibiendo la actividad respiratoria de las células inmunes. Esto hacía que los macrófagos estuvieran en peores condiciones de atacar y fagocitar las bacterias E. coli. Dicho de otro modo: el antibiótico puso en marcha en este estudio toda una serie de cambios que van precisamente en contra de la terapia.
Aún se necesitan más estudios para poder traducir estos hallazgos en terapias para el ser humano pero, debido al aumento de la resistencia, los investigadores consideran extremadamente importante comprender los muchos efectos que un tratamiento puede provocar.
Es aconsejable recomendar siempre una cura con probióticos después de consumir antibióticos para volver a reforzar la flora intestinal. En función de la edad de su cliente y demás condiciones físicas (¿está bien la pared intestinal?, ¿qué tal va la digestión?), hay diferentes formas de probióticos para restablecer la flora intestinal. Podrá encontrar más información en este libro blanco.
Los antibióticos son útiles para ayudar a combatir infecciones bacterianas difíciles. Sin embargo, también vuelven menos diversa la flora intestinal y posiblemente pongan en marcha toda una serie de cambios que van justo en contra de la terapia. En este estudio, los antibióticos protegieron a las bacterias de E. coli modificando el entorno bioquímico, lo cual volvió menos eficaces a las células inmunes de los ratones. Hace falta (y es deseable) más investigación, en vista del aumento de la resistencia frente a los antibióticos.
[1] Katri Korpela, Anne Salonen, Lauri J. Virta, Riina A. Kekkonen, Kristoffer Forslund, Peer Bork, Willem M. de Vos: Intestinal microbiome is related to lifetime antibiotic use in Finnish pre-school children. Nature Communications, 26 Jan 2016.
[2] Yang JH, Bhargava P, et al. Antibiotic-induced changes to the host metabolic environment inhibit drug efficacy and alter immune function. Cell Host & Microbe. Online November 30, 2017. DOI: 10.1016/j.chom.2017.10.020
[3] https://phys.org/news/2017-11-antibiotics-ability-immune-cells-bacteria.html