A finales de los años 50 del pasado siglo, dos psiquiatras canadienses, Abram Hoffer y Humphrey Osmond, elaboraron un modelo bioquímico para explicar la causa de la esquizofrenia. Sobre la base de este modelo se desarrolló una teoría con la que se ha tratado a un sinfín de pacientes esquizofrénicos desde los años 60. De este modo se pudo neutralizar síntomas y evitar recaídas.
Abram Hoffer estudió química agraria en la Universidad de Saskatchewan y se doctoró en 1944 con una investigación sobre las vitaminas hidrosolubles en la Universidad de Minnesota. Pronto se dio cuenta de que los nutrientes poseen efecto terapéutico, y decidió estudiar medicina en la Universidad de Toronto, donde finalmente se doctoró y se especializó en psiquiatría.
En aquel momento no existía tratamiento para la esquizofrenia, y la mitad de los pacientes de los hospitales psiquiátricos padecían esta enfermedad. La práctica habitual en aquella época de psicoanálisis, tranquilizantes, electrochoques y terapia de choque con insulina producía en el mejor de los casos la represión de los síntomas, e iba aparejada a efectos secundarios, algunos graves.
Más o menos por entonces, Albert Hofmann descubrió el LSD. Tras algunos experimentos, llegó a la conclusión de que esta sustancia podía producir los mismos efectos que una psicosis. Inspirados por esta idea, dos psiquiatras británicos, Humphrey Osmond (inventor de la palabra "psicodélico") y John Smythies, investigaron la mescalina y vieron que también era capaz de provocarles síntomas esquizoides a las personas que participaron en el estudio.
Smythies y Osmond descubrieron una coincidencia estructural entre la mescalina y la adrenalina, y supusieron que en los pacientes esquizofrénicos se hallaría una sustancia pariente de la adrenalina con las propiedades de la mescalina (la "hipótesis de la transmetilación"). Su hipótesis no fue bien recibida en aquel momento por la psiquiatría británica: desilusionados, Osmond y Smythies emigraron a Canadá en 1951. Allí, Osmond encontró trabajo en un hospital psiquiátrico, en el que conoció a Abram Hoffer.
Hoffer estaba muy interesado en la obra de Osmond y Smythies, y comenzó a profundizar en los alucinógenos. Descubrió que la estructura indólica se repetía en casi todos los alucinógenos conocidos en aquella época. Basándose en la hipótesis de la transmetilación, en 1954 publicó, junto con Osmond y Smythies, que la sustancia derivada de la adrenalina con efecto alucinógeno era el adrenocromo (y su derivada reducida, la adrenolutina). Según ellos, un exceso de conversión de la adrenalina en adrenocromo y adrenolutina sería la causa principal de la esquizofrenia. Esto se conoce como la "hipótesis del adrenocromo".
Postularon que si se reducía la producción de adrenalina, también disminuiría la producción de adrenocromo y adrenolutina. Según ellos, esta disminución podría conseguirse evitando que los grupos metilo se unieran a la noradrenalina. El empleo de un potente aceptor de metilo como la niacina (vitamina B3) podría evitar la metilación de la noradrenalina y ser, en consecuencia, un medicamento efectivo contra el adrenocromo. Ya se sabía también que la vitamina C posee un efecto estabilizante sobre la adrenalina. Hoffer supuso que la vitamina C a altas dosis podría contrarrestar la oxidación de la adrenalina ya producida, reforzando así la terapia.
Hoffer y su equipo desarrollaron un tratamiento no tóxico para la esquizofrenia aguda en el que, además de altas dosis de vitaminas B3 y C, también tenían un papel destacado el respeto personal, la protección y la adecuada medicación. Los resultados fueron alentadores: según sus estudios, el porcentaje de éxito entre sus pacientes se duplicó del 35% al 75%. La investigación que llevaron a cabo en 1952 para fundamentar sus resultados parece haber sido el primer estudio realizado a doble ciego en el ámbito psiquiátrico. Sus conclusiones no se publicaron hasta 1957, porque lo repitieron para estar absolutamente seguros de los resultados.
Hoffer y su equipo descubrieron además otra propiedad importante de la vitamina B3, a saber, que es un precursor de la nicotinamida adenina dinucleótido que está presente en el organismo tanto en su forma oxidada (NAD+) como reducida (NADH). Si hay suficiente NAD+ y NADH, la adrenalina oxidada vuelve a convertirse en adrenalina, pero cuando no es así, pierde un electrón y se convierte en adrenocromo. Esta última reacción es irreversible y, según ellos, mucho más frecuente entre pacientes con esquizofrenia.
En una época en la que la esquizofrenia se achacaba principalmente a las madres, a unas condiciones familiares desafortunadas y a la sociedad, la idea de que esta enfermedad era un desajuste en la bioquímica humana despertó una enorme resistencia. Unas simples vitaminas nunca podrían curar una afección mental grave como la esquizofrenia. Además, también influía el hecho de que en los años 60 apareció la medicación antipsicótica, lo cual eclipsó la importancia del trabajo de Hoffer y Osmond.
En este contexto llama la atención que otro descubrimiento de Hoffer y Osmond sí hallara amplia aceptación en la ciencia médica. En 1955, estos dos científicos publicaron que habían descubierto que las altas dosis de niacina (vitamina B3) reducían el nivel de colesterol. La niacina a altas dosis se sigue considerando hoy en día uno de los tratamientos de primera línea para la hipercolesterolemia. Se trata, por tanto, de un hito importante en la historia de la medicina nutricional/ortomolecular.
En 1962, Hoffer publicó su libro Niacin Therapy in Psychiatry, que llamó la atención de Linus Pauling, en aquel momento un célebre químico con dos premios Nobel en su haber. A Pauling el trabajo de Hoffer y Osmond le pareció tan fascinante que dedicó el resto de su vida a esta forma de medicina.
Con su publicación de Orthomoleculaire psychiatrie en la revista Science en 1968, el concepto de que los nutrientes a altas dosis pueden tener efectos farmacológicos se dio a conocer al gran público, por lo que Pauling es considerado por muchos el fundador de la medicina ortomolecular. Sin embargo, él se basó en la obra de Hoffer y Osmond y el grupo de psiquiatras reunido en torno a ellos y le dio un nombre y un contexto con la publicación en Science. No obstante, el hecho de estar tan claramente asociado con la terapia vitamínica acabó costándole a Pauling su reputación.
Con la aparición del libro How to live with schizophrenia en 1966, en el que Hoffer y Osmond explicaban a los profanos su teoría sobre la esquizofrenia, estalló una ola de críticas. En 1967 las críticas a Hoffer llegaron a su culmen cuando la American Journal of Psychiatry declaró que no aceptaría ni un artículo más suyo. En seguida, todas las revistas científicas dejaron de querer publicar sus hallazgos. Esa fue en parte la razón por la que Hoffer fundó en 1967 la revista Journal of Schizophrenia, que fue rebautizada en 1969 como Journal of Orthomolecular Psychiatry y finalmente se convertiría en Journal of Orthomolecular Medicine.
Esta revista fue la plataforma en la que miles de científicos y profesionales de la salud intercambiaron ideas y descubrimientos en el campo de la medicina ortomolecular. Muchos de los pioneros en esta disciplina, como Linus Pauling, han sido redactores de esta revista o han publicado en ella. También ahí aparecieron por primera vez publicaciones sobre temas importantes como las infecciones fúngicas crónicas y la toxicidad de las amalgamas dentales.
En 1973, un grupo de trabajo de la American Psychological Association publicó el informe Megavitamin and Orthomolecular Therapy in Psychiatry, en el que se afirmaba que "no merecía la pena estudiar o aplicar" la psiquiatría ortomolecular. La respuesta de Linus Pauling señalando varios errores en el informe, como metodología inadecuada, falta de investigación y enormes prejuicios, no pudo evitar que décadas después lo siguiesen citando psiquiatras ortodoxos al hablar con pacientes que habían oído algo sobre terapia vitamínica.
Tras su caída en desgracia, Hoffer renunció a todos sus cargos en la universidad y decidió dedicarse totalmente a tratar a sus pacientes: "Como nadie se atreve a repetir mis estudios ni a investigar las ventajas clínicas proclamadas, he decidido distanciarme por completo de la medicina tradicional. Puedo ayudar a las personas mejor y con total libertad a través de mi clínica privada". En 1968 fundó la Canadian Schizophrenia Foundation, en la que se continuó el desarrollo de la psiquiatría ortomolecular. Sin embargo, resultó difícil desarrollar normas universales, por lo que los tratamientos variaban entre los diferentes psiquiatras y era complicado evaluar científicamente su efectividad.
Hasta su muerte (a los 92 años), Hoffer siguió tratando pacientes. Afirmó haber tratado en un periodo de casi 60 años a más de 5000 pacientes esquizofrénicos, con un porcentaje de éxito del 90% entre los pacientes agudos que consiguieron sostener su programa durante dos años. Para la esquizofrenia crónica es necesario un periodo de tratamiento más largo, pero también para estos pacientes es posible la curación, según Hoffer.
* Riordan HD. Medical Mavericks Vol. 3. First edition. Wichita, Kansas: Bio-Communications Press; 2005. 291 p.
* Faché WOM. Redactioneel - Een pionier van de orthomoleculaire geneeskunde is heengegaan. - Eerbetoon aan Abram Hoffer. Ortho-Fyto. 2009;76(juni-juli):4–5.
* Hoffer A. Schizofrenie: ook biochemisch defect. ORTHOMoleculair. 1990;(1):37–8.
* Hoffer A, Osmond H, Smythies J. Schizophrenia; a new approach. II. Result of a year\'s research. J Ment Sci. 1954 Jan;100(418):29–45.
* Veel informatie over Hoffer en orthomoleculaire geneeskunde is te vinden op http://www.orthomolecular.org
* http://www.lifeextension.com/magazine/2003/1/report_hoffer/Page-01
* Paulingblog. The decline of orthomolecular psychiatry. paulingblog.wordpress.com. 2014. Available from: https://paulingblog.wordpress.com/2014/05/14/the-decline-of-orthomolecular-psychiatry/
* Paulingblog. Humphry Osmond, the original psychedelic psychiatrist. paulingblog.wordpress.com. 2014 Available from: https://paulingblog.wordpress.com/2014/05/07/humphry-osmond-the-original-psychedelic-psychiatrist/