Un buen descanso nocturno en combinación con un suplemento de vitamina D podría dar resultado en algunos casos en el tratamiento de la artritis, los dolores menstruales y la lumbalgia crónica. Es lo que se desprende de un estudio sobre las asociaciones entre la vitamina D, la calidad del sueño y el control del dolor [1].
La vitamina D tiene diversas funciones en el organismo. Más de treinta tipos de tejidos distintos contienen receptores de esta vitamina. Estos receptores están sobre todo en el tejido intestinal y en el óseo, pero también en el cerebro, el pecho, la próstata y los linfocitos. La función fisiológica más conocida de la vitamina D es el mantenimiento de las concentraciones saludables de calcio y fosfato en el cuerpo.
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En los últimos años han salido a la luz otras funciones importantes de la vitamina D que no están relacionadas directamente con el metabolismo de los minerales. Un campo de investigación activo es, por ejemplo, la influencia de la vitamina D en las enfermedades neurológicas, como los problemas de ánimo y la depresión. Pero también parece tener un papel en procesos como la liberación de insulina y dentro del sistema inmune. Un nuevo estudio de revisión añade el control del dolor.
Ya se había demostrado que hay una relación entre el dolor y los trastornos del sueño, pero su conexión con la vitamina D aún no se ha investigado del todo. El nuevo estudio ha hecho un metaanálisis de todos los estudios relevantes en este campo. A resultas de esta investigación, se ha descubierto que la vitamina D es un eslabón importante en la relación entre el dolor y el sueño.
Por tanto, es extremadamente importante mirar siempre los niveles de vitamina D de tu cliente en caso de problemas relacionados con el dolor. Ejemplos de enfermedades en los que el dolor tiene un papel importante son la artritis, el dolor menstrual y la lumbalgia crónica. Pero probablemente también haya otras afecciones que estén relacionadas con un nivel bajo de vitamina D.
En palabras de los investigadores: "En este momento estamos desentrañando los posibles mecanismos que explican cómo está implicada la vitamina D en muchos procesos complejos. Este estudio es ejemplo de ello: demuestra que un buen descanso nocturno combinado con niveles normales de vitamina D en sangre es una manera eficaz de controlar el dolor".
La cantidad diaria recomendada en los Países Bajos está basada en el mantenimiento de un valor en sangre de 30 nmol/l de media. Muchas personas no lo alcanzan: los habitantes de ciudades del norte (por tanto, no solo de los Países Bajos, sino de todo el mundo) tienen una media de 20 nmol/l. Compárala con la de los cazadores-recolectores de cerca del ecuador: tienen un nivel en sangre de vitamina D3 que ronda los 115 nmol/l. En consecuencia, los valores naturales son unas seis veces mayores que los de los urbanitas.
Por varios motivos, la terapia ortomolecular recomienda un valor sanguíneo de al menos 80 nmol/l. Ni la CDR ni la suplementación recomendada por el Consejo de Salud de los Países Bajos bastan para alcanzarlo. Hay muchas diferencias en función del cliente y la patología, pero las dosis tienen que estar a un mínimo de 45-50 μg diarios para llegar a los 80 nmol/l.
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[1] Daniela Leite de Oliveira, Camila Hirotsu⇑, Sergio Tufik and Monica Levy Andersen, The interfaces between vitamin D, sleep and pain, Journal of Endocrinology, Preprint May 23, 2017 JOE-16-0514